Resulta que estos eran mis dientes y a mí me encantaban.
Nací con una condición particular que es que no me bajaron los laterales después de que se me cayeran los de leche. Es una cuestión genética y le pasa a un porcentaje muy chico de la población. Mi hermano y mi sobrina también tienen este “problema”.
La diferencia es que a mi hermano, su mamá (porque es literal mi “brother from another mother) lo llevó al dentista de adolescente y se lo corrigieron. Mi mamá también me llevó al dentista cuando era adolescente, pero a mí me gustaban mis dientes y me negué a ponerme aparatos, y mi mamá ni insistió porque cuando le dijeron el precio salió despavorida. El tema es que unos años más tarde flasheé trabajar como modelo. Mi prima lo hacía y como nuestra familia siempre incitó la competencia entre nosotras, y me parecía un muy buen curro, yo quise hacerlo también. Me acuerdo que hice un curso y todo. Fui a mil castings. La devolución fue que “me tenía que arreglar los dientes”. Me acuerdo que le dije a la mina que me lo sugirió que Deborah del Corral no se los había arreglado y le iba bárbaro 🤣. O sea, seguía firme en que a mí mis dientes me gustaban. Me gustaba tener una cara toda aniñada y de repente sonreír y que me salgan los colmillos. Me parecía un gran contraste. Aparte el labio se me pegaba al colmillo cuando sonreía, como los gatos. Pero después vino el abuso por parte de mi profe de yoga, huí a Italia a lo de mi hermana mayor y ahí empezaron los síntomas de estrés postraumático, entre ellos la vulnerabilidad y permeabilidad a las opiniones ajenas. Así que volví de Italia con dos objetivos muy claros: aprender a manejar y “arreglarme los dientes”. Hasta ahí todo bien. El tema es que confíe en quién no tenía que confiar. Mi viejo me recomendó a su dentista y el me dijo que tenía una manera mucho mejor y más simple para “arreglarme” los dientes. En vez de abrirme y ponerme implantes, que es lo que se hace en estos casos, cerrar y traer para adelante los dientes y luego limar los colmillos y ponerles una especie de funda para que parezcan laterales. Porque “las formas redondas son femeninas y los caninos prominentes son masculinos”. Eso me lo explicó el dentista de mi hermano que fui a consultar la semana pasada. Cuestión que no solo me anularon los caninos que tanto amaba, si no que la ortodoncia me produjo bruxismo.
Yo no tenía ningún problema en la boca. A mí me gustaban mis dientes. Era un tema “estético”. Hoy en día y desde entonces la boca me duele.
En el 2021-2022 fui a ver a una ortodoncista muy piola y me dijo que para “arreglar” lo que hizo este ortodoncista había que volver a abrir y poner implantes. Se imaginarán mi desazón. No solo es un montón de plata, si no un montón de tiempo. Yo ya tuve dos años de ortodoncia, y no solo fue al pedo si no que ME ARRUINÓ LA BOCA. Así y todo decidí ir para adelante. Me dijo que mi mordida estaba tan mal que mejor primero fuera a una especialista en ATM (Articulación Temporo – Mandibular). Y eso hice. Dos años de tratamiento más tarde volví a ir. El paso a seguir era sacarme las muelas de juicio de arriba y hacerme una limpieza. Eso hice. Cuando voy a pagar, le consulto al marido de mi ortodoncista si me podía dar un turno para empezar con el tratamiento. Y AHÍ, no ANTES de sacarme las muelas, si no DESPUÉS, me dice que tendría que consultar con un especialista antes porque quizás haya que RECONSTRUIRME EL HUESO para ponerme los implantes.
Yo no les puedo explicar la decepción. Me fui de ahí tan triste, enojada y frustrada. Desde entonces sueño con mis dientes originales y cuando me despierto tengo estos que me duelen y me invade una angustia…
No sé bien cuál es la moraleja de la historia. Tiene tantos niveles que no sabría cuál elegir. La verdad es que quise compartirlo porque ya es la tercera o cuarta vez que me desvelo después de tener este sueño. Y no puedo dejar de pensar en cuántas veces tomamos decisiones presionadxs por otrxs, por la sociedad, y entonces, como no es genuino confiamos en lo primero que nos ofrecen, sin consultar, sin investigar.
Si hay algo de mi vida que pudiera deshacer sería esto. Y miren que me pasaron cosas jevis eeehhh! Pero bueno, las otras no las elegí. Fue el azar. Acá lo que me frustra es que me metí sola en el matadero. Me dijeron “arreglate los dientes” un par de veces, yo acaté y me los “arreglé” con el primero que apareció. Así que, no sean como la Chiarita del pasado. No dejen que el trauma rompa sus convicciones. Disfruten sus dientitos no heteronormativos 🙂